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domingo, 3 de noviembre de 2013

Carta pastoral sobre educación


 Conferencia Episcopal Panameña, 2012.






     En 1975, la iglesia ya señalaba los cambios estructurales que requería el país, especialmente la educación, para crear un orden social justo.




Hay que VER los problemas que afectan el proceso educativo:

Por ejemplo, La crisis de valores debido al individualismo que contradice la cultura de la vida al dar prioridad al poder económico.

El sistema económico vigente dicta las leyes del mercado que someten a las personas y su dignidad.

El consumismo ofrece un éxito rápido y fácil que empequeñece las metas educativas.

La progresiva secularización de la cultura que distorsiona la fe de los jóvenes y los desorienta.

La jornada laboral afecta la trasmisión de valores en el hogar.

Los medios de comunicación proponen modelos de vida negativos.





La corrupción y el tráfico de influencias promueven la imitación del juega vivo y el desprecio.

La falta de políticas educativas de Estado impide un verdadero desarrollo al no dar seguimiento al proceso anterior.

La falta de vocación y las deficiencias tomando en cuenta la falta de recursos.

Las reformas educativas se basan en el mercado, no en la formación integral.

La situación actual de la familia reduce el papel de los padres a cumplir con las necesidades materiales solamente.

La distribución de los recursos excluye escuelas de la calidad de la enseñanza dependiendo de su ubicación o nivel social.

La universidad fomenta la ineficiencia por el desarrollo acelerado.




Hay que JUZGAR los elementos que intervienen en el proceso:

Ahora, se le da más importancia a la formación del ser humano.

Educar no es solo conocimientos por adquirir, sino valores por asimilar y verdades por descubrir.

Educar es lograr que el ser humano desarrolle todo su potencial.

Para la iglesia, el hombre debe administrar el mundo y su historia, en vez de dejarse manipular por ella. Salvar a la persona y renovar a la sociedad.

No puede haber calidad sin equidad.



El director es responsable de que la escuela logre sus objetivos entre todos.

El docente debe ver su profesión como una pastoral social, prepararse y dar un testimonio de vida.

Urgen horarios y salarios justos y razonables para que los docentes puedan mejorar.

Enseñar que cada derecho humano contrae un deber lo que lleva a la justicia con equidad.

Sumar la mirada crítica de los egresados y sus propuestas de renovación.

El principal valor que debe promover una escuela católica es el respeto a la vida que empieza por el prójimo.

La formación no debe ser sacada de ese contexto ni teorizada en extremo.

Educación católica es conducir al encuentro con Jesús vivo.

Educación católica es convertir esos principios evangélicos en normas educativas.




La educación católica es, entonces, de naturaleza y carácter público, no privado.

La educación católica no renuncia a la libertad de enseñanza y de escoger la educación que los padres consideran más conforme a sus valores.

La educación católica es también evangelizadora, porque completa la conversión y liberación del hombre.

La educación católica humaniza y personaliza al hombre para preparar el terreno donde se escuche y revele la Buena Nueva.

La educación católica tiene que reevangelizar la cultura latinoamericana, ya que en ella conviven valores y antivalores.

La educación católica concientiza al joven de su desarrollo y también del desarrollo de la comunidad.

La pastoral educativa aspira a formar educadores que denuncien los seudovalores y a anunciar una nueva sociedad.




Hay que ACTUAR ante los desafíos de la educación que queremos:

Educar hacia el sentido de pertenencia, las relaciones interpersonales, la manipulación ideológica.

Mejorar el sistema de transporte  y los tranques para los padres, docentes y alumnos.

Retribuir adecuadamente a los docentes, porque la calidad de su trabajo como agente de cambio social depende de sus condiciones de vida y las de su familia.

Mejorar la formación del educador inicial y ofrecer una capacitación integral.

Mantener la asignatura de Religión donde se reflexione explícitamente sobre los principios descritos anteriormente.

Mejorar la adquisición de habilidades básicas en los alumnos.

Dejar a un lado los intereses personales, partidistas, gremiales, etc. para que la educación sea un tema de Estado.

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