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domingo, 3 de noviembre de 2013

Semana santa en la niebla de Rogelio Sinán


 Panamá, 1949. 

 



BARCOS HACIA JUDEA


Mastín amilanado por espadas y cruces,


helada sed de estrellas hace morder arenas


al caserío marino nutrido de ola y nube.


Su iglesia hecha de cera con peces y cadáveres


define un viejo mástil que en travesía macabra


proyecta sus faroles sobre la noche oscura.


¡Barquichuelos de nácar, hacia Judea navegan palmeras, luna y torres coronadas de bruma!



CUARESMA DE TERRORES


Marítima cuaresma de las metamorfosis


-¡oh suicidio asombrado de peces y de frutas!-


cuando crecen escamas al vientre de la noche


mutilado de estrellas y preñado de brujas.


¡Pueril forma dolida del sueño cancelado


braceando a la deriva de la inútil sirena!


¡Cuánta cera desnuda buceaba candelabros


y Cristos, anegados en oceános de niebla!



AGNUS DEI


Voz húmeda clamando del mar o del lucero


despierta contorsiones en olas y anfibios.


El verbo humanizado florece en arcangélica


verdad para la niebla de antiguos egoísmos.


Cordero sumergido, burbuja inmaculada,


su forma tornasola cristales de prodigio.


Y, mientras la dorada paloma hace acrobacias,


la tentación acecha con uñas de enemigo.


     Juan el Bautista es la voz húmeda que clama;  despierta contorsiones es renovar viejas costumbres; El verbo humanizado, cordero sumergido, burbuja inmaculada es Jesús que llega para ser bautizado también; la dorada paloma es el Espíritu Santo que revolotea.





PECADOS CAPITALES


Velámenes soberbios, deshilachando brisas,


despiertan la avaricia de la marina suma.


Pereza en las merluzas; orgullo en las corvinas;


y, en pulpos, tiburones y pelícanos, gula.


De la onda opalescente surge la curva dócil


que en senos tenebrosos oculta la lujuria.


¡Satán, Satán, aleja la glauca mariposa!


¡Venciste,  helada forma!, ¡Delfines, Aleluya!



LAS BODAS DE CANAAN


Goza la tarde nupcias de estirpe salinera


donde céfiro y brisa trasegan arrebol.


Mas la encendida savia de la vid deja apenas


un vaivén de palmeras y una sed en clamor.


Medusas y corales dipsómanos de néctar


festinan el prodigio. ¡Venid a ver! El Sol


“¡Verted-dice a las nubes- la sangre de mis venas!”


Y, el Mar (¡santo milagro!) trasmútase en licor.


      La encendida savia de la vid es el vino que se acaba y deja apenas una sed en clamor; dipsómanos de néctar son los asistentes viciados de licor;   festinan el prodigio es que exigen un milagro.   El Sol es Jesús: ¡Verted en las vasijas -les dice- la sangre de mis venas!  El Mar es el agua que se convierte en vino.




LA PESCA MILAGROSA


Viejo muelle zurcido de brumas y sirenas.


VisIón húmeda. Verde vaivén de remo y quilla.


Torso de ola. Gaviotas silbando en el trapecio


de un canto marinero. Yodada hora salada


cuando el pelícano hunde puñales en la clara


pupila de la espuma. Brisa ágil. Brea. Hipocampos


nostálgicos de friso. Tritones. Caracoles.


Mirad: ¡Entre las redes ha caído la tarde!



ENDEMONIADAS


Posesas de la bruma con belfos de gemido


galopan ola y brisa remeciendo cordajes.


Huracanadas alas con rayos en el pico


desgreñan maldiciones, espumarajos, ayes.


Hunde el Sol luminosas agujas de prodigio,


desalojando nieblas de filiación desleal;


y, anatematizado, deshecho el maleficio,


los fúlgidos demonios precipítanse al mar.


     Poseídas gimen y galopan desuniendo sus cuerdas de montar; Huracanadas alas con rayos en el pico es cuando agreden física y verbalmente;  El Sol es Jesús;  luminosas agujas de prodigio son sus poderosas manos; desalojando es  liberando;  niebla  es la mente carnal;  filiación desleal es la influencia demoníaca.



LA HIJA DE JAIRO


Esquirlas afiebradas de aguacero, ululando,


desataron la muerte sobre yerba y hormiga.


Fusilada la rosa, decapitado el nardo,


¿Qué anegado colapso sufrió la Sensitiva?


Dolorosa de nichos y aterida de llanto,


su congelado espectro sueña savias de vida.


Oh Sol, tanto cadáver merecería un milagro…


¡Realízalo, dorada pupila matutina!


     Su congelado espectro es el cadáver; sueña savias de vida, porque solo duerme; El Sol y la dorada pupila matutina es Jesús.



LA SIMIENTE


Cansancio del inútil ademán extendido


jaculatoriamente sobre humus y secano;


fatiga de la estéril simiente detenida,


macerada por uña, cal o ave.


Pero, ¡oh ubérrimo tacto, bucólica delicia


del fruto adolescente jugosamente flavo!


¡Dichosa complacencia, botánica lascivia


del hogareño goce dormido en cada tallo!



LA MUERTE DEL PROFETA


Profético de pájaros, remece tempestades


el árbol, dominado por mística soberbia;


mas, subrepticiamente, sofoca sus ramajes,


en fatales volutas, airosa madreselva.


Titán sobrecogido, va quedándose exangüe


bajo el nudo lascivo. Roído vena a vena


deshecho finalmente, desplómase cobarde,


caída la soberbia cual truncada cabeza.



LA HIGUERA ESTÉRIL


Triste higuera maldita, mutilada de sexo


y ávida de plumajes, tu desgajado grito


levanta en banderola para gritar: ¡Estéril,


sí, yo, defraudadora del codiciado fruto!


¿Por qué signo de arenas doblégase mi débil


conciencia vegetal?, ¡Oh cálido conjuro,


fortifica mi tallo, torna mi savia fértil


y dame la delicia del tierno tacto rubio!


     Mutilada de sexo es estéril; ávida de plumajes es anhelante de frutos; tu desgajado grito es su dolor moral; defraudadora del codiciado fruto es su lamento maternal; Por qué signo de arenas doblégase… pregunta quién la maldijo; débil es inconsciente, vacío, indefenso; conciencia vegetal es su espíritu; cálido conjuro y tierno tacto rubio es Jesús; cálido conjuro es la presencia de Jesús;  tierno tacto rubio es el toque de Jesús: los rayos del sol. Es un poema erótico también.



SU FORMA SOBRE EL AGUA


A la hora equidistante del pez amanecido


con la primera espuma de la mañana, flota,


como un presentimiento de bostezo salino,


su forma sin aristas, deshilachada, fofa.


Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos,


amarrando en las jarcias elásticas gaviotas.


Y, al recoger el hombre su red, semidormido,


quizá tema al espectro que va sobre las olas.


     A la hora equidistante del pez amanecido con la primera espuma de la mañana es la hora acostumbrada del hombre a  levantarse; flota, algo anda sobre el agua; su forma sin aristas, deshilachada, fofa es como un fantasma; el espectro que va sobre las olas es Jesús que anda sobre el mar.



SAMARITANA


Cigarras encendidas y melodías frutales


proclaman ondulantes acrobacias del agua


que, rica en lentejuelas y líquidos collares,


contorsiona abanicos en lascivias de danza.


Desabrochando sombras, romero Sol mitiga


sus sedes glugluteantes en geórgico beber.


Así, ambos, convenidos, mutuamente se brindan


ella, fresca surgente; purísima luz, él.



EL HIJO PRÓDIGO


Lamiendo tierra, arena, raíces y bazofias,


tumbo a tumbo al origen precipítase el río.


Los oros del poniente despilfarró en cabrioles


de ondulante premura por liquidar su opimo


caudal de margaritas y alas de mariposa.


Vuelve enjuto, lodoso, pordiosero de estío,


y, añorando caricias de paternales olas,


arrójase en el seno del Mar, arrepentido.


     Lamiendo tierra es pereciendo de hambre; al origen es su hogar; Los oros es el dinero; despilfarró es gastó; en cabrioles de ondulante premura son juegos juveniles; opimo caudal es rico caudal; paternales olas son abrazos del padre; el seno del Mar es la casa de su padre.



LÁZARO


¿Qué sombra atribulada de realidad extiende


pasaporte de huesos al sueño de la imagen?


Negada para estatuas de pánico, su feble


presencia sumergida luce aire de cadáver.


Pero, no. Todo: el árbol-callada angustia fértil-,


la muchedumbre de olas, el cántaro de greda,


-barajando cuchillas de inercia, vida y muerte-,


le gritan a la imagen, remeciéndola: ¡Crea!



EGO SUN LUX


Te conoce la savia cuya lágrima evoca


tu desnuda pupila de neón canicular.


Igualmente la ola, la semilla, la rosa


reconocen tu anuncio: VIDA, LUZ y VERDAD.


Pero, nada de mitos empolvados de sombras


con espectros azules y leproso rubor.


Milagros y auroras publicitarias sobran


cuando, identificado, resultas ser: el Sol.



DEMONIOS Y ARCÁNGELES


Su cálido ocio antiguo despereza la plaza


nostálgica de bosques. Atónita se inclina


cuando bajo las palmas que la inocencia enarca


trotan siglos de sombra vestidos de oro y lila.


Por la florida senda la cándida alharaca


desgaja hondos reflejos de sana paganía.


La marejada mística revolcará en la playa


demonios con arcángeles y, con la muerte: vida.



VÍSPERAS DE LA AGONÍA


Fragancias de jardines y eucaristía de huertos


encienden un cromado retablo nazareno.


Vertida sobre mares, valles, montes y cielos,


la copa de la angustia reflejará el sendero


de cirios y rosales en muda caravana.


De la húmeda mejilla florecerán jazmínes;


y, la cizaña aviesa, ya huérfana de savia,


levantará su hueste de endriagos y anfibios.


     Fragancias de jardines y eucaristía de huertos es el Getsemaní; cromado son  los rayos de la luna; retablo es como un escenario; la húmeda mejilla es el beso de Judas; la cizaña aviesa es un hedonismo colectivo; huérfana de savia es sin el Espíritu Santo.



ECCE HOMO


Prisionero entre nubes y barrotes de minio


derrumba su proceso crepuscular el Sol.


Su nebulosa cárcel es alfa de martirio


que estallará en seráficos éxtasis de color.


La florecida arteria despejará concilios


apartando tinieblas llagadas de arrebol;


brillarán tristemente sus últimos delirios,


y el toro de la noche mugirá de pavor.



MAGDALENA


La estrella vespertina, fatalmente risueña,


suspira ensimismada tras el mito solar,


ungiendo, mariposa, la traslúcida huella


con grito de cristales y pupila de sal.


Cuando, rumbo al helado sepulcro de las olas,


la sangre iluminada tiña celajes, ella


salpicará el tocado de las nubes piadosas


al deshacerse en lirios como una Magdalena.


     La estrella vespertina es Magdalena; el mito solar es Jesús; la traslúcida huella son los pies de Jesús; rumbo al helado sepulcro es que María se ha anticipado a ungirlo para su sepultura; la sangre iluminada es la sangre derramada; tiña celajes es teñir el cielo; ella se refiere a la sangre; deshacerse en lirios es llorar.



CALVARIO


Desnuda luz, pupila con celajes de cirio,


va tiñendo de sangre la garganta del mar.


Deshabitadas sombras asesinan anfibios


y un coro de difuntos tritura ojos de sal.


Coronado de dientes y clavado de lirios


trisca en valle de espumas el cordero solar.


Y un derrumbe encendido rectifica el camino


que ungirá con esencias la palmera pascual.



VERÓNICA


Próximo al sacrificio, novillo acongojado,


sufre el mar deslumbrantes gaoneras de la Luna.


Sobre líquidos cuernos la nacarada capa


pasa, quita y repasa sin ofender espumas.


Clava el diestro luceros en el glauco mugido


que embiste proceloso.  ¡La marejada atónita


derrama por la herida resplandeciente grito


que trunca la faena con magistral verónica!




PRESENCIA DE LA MUERTE


¡Oh santo Graal!   Las gotas de encendido vinagre


puntualizan claveles en el nicho del mar…


Derrúyense en salmuera los templos de la tarde


y el miedo clava incendios de rojo vesperal.


La callada tiniebla pone rosas de luto


tras un rezo de nubes anegadas en flor…


Y las olas arrullan sobre el mar gemebundo


la dorada salmodia del último arrebol…



DOLOROSA


Dolida Electra, enluta la Noche campanarios,


bajo erizado manto de lunas y ortigas.


Siete puñales,  siete, de luz lleva clavados


eternizando máscaras, espermas y cenizas.


Dolorosa, amargada de cirios, titilando,


pulveriza oraciones de calcárea neblina;


mas, su apagado llanto, frutal y subterráneo,


truécase en clara savia que la tierra utiliza.



RESURRECCIÓN


¡Gloria!, ¡Gloria!, ¡Aleluyas, maítines y hosannas


despiertan minuteros y gritos de alcanfor,


mientras loco revuelo de abanicos y de alas


desnuda olas y mástiles irónicos de alcohol!


¡Clarineros del Alba, tocad cielo y montañas!


¡Dad paso a las cuadrigas de luz y de color!


¡Brisa, espuma, aleluya!  ¡Loemos la mañana!


¡Toda vida renace cuando renace el Sol!


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