Panamá, 1949.
BARCOS
HACIA JUDEA
Mastín
amilanado por espadas y cruces,
helada
sed de estrellas hace morder arenas
al
caserío marino nutrido de ola y nube.
Su
iglesia hecha de cera con peces y cadáveres
define
un viejo mástil que en travesía macabra
proyecta
sus faroles sobre la noche oscura.
¡Barquichuelos
de nácar, hacia Judea navegan palmeras, luna y torres coronadas de bruma!
CUARESMA
DE TERRORES
Marítima
cuaresma de las metamorfosis
-¡oh
suicidio asombrado de peces y de frutas!-
cuando
crecen escamas al vientre de la noche
mutilado
de estrellas y preñado de brujas.
¡Pueril
forma dolida del sueño cancelado
braceando
a la deriva de la inútil sirena!
¡Cuánta
cera desnuda buceaba candelabros
y
Cristos, anegados en oceános de niebla!
AGNUS
DEI
Voz
húmeda clamando del mar o del lucero
despierta
contorsiones en olas y anfibios.
El
verbo humanizado florece en arcangélica
verdad
para la niebla de antiguos egoísmos.
Cordero
sumergido, burbuja inmaculada,
su
forma tornasola cristales de prodigio.
Y,
mientras la dorada paloma hace acrobacias,
la
tentación acecha con uñas de enemigo.
Juan
el Bautista es la voz húmeda que clama; despierta contorsiones es
renovar viejas costumbres; El verbo humanizado, cordero sumergido, burbuja
inmaculada es Jesús que llega para ser bautizado también; la dorada paloma es
el Espíritu Santo que revolotea.
PECADOS
CAPITALES
Velámenes
soberbios, deshilachando brisas,
despiertan
la avaricia de la marina suma.
Pereza
en las merluzas; orgullo en las corvinas;
y, en
pulpos, tiburones y pelícanos, gula.
De la
onda opalescente surge la curva dócil
que
en senos tenebrosos oculta la lujuria.
¡Satán,
Satán, aleja la glauca mariposa!
¡Venciste, helada
forma!, ¡Delfines, Aleluya!
LAS
BODAS DE CANAAN
Goza
la tarde nupcias de estirpe salinera
donde
céfiro y brisa trasegan arrebol.
Mas
la encendida savia de la vid deja apenas
un
vaivén de palmeras y una sed en clamor.
Medusas
y corales dipsómanos de néctar
festinan
el prodigio. ¡Venid a ver! El Sol
“¡Verted-dice
a las nubes- la sangre de mis venas!”
Y, el
Mar (¡santo milagro!) trasmútase en licor.
La
encendida savia de la vid es el vino que se acaba y deja apenas una sed en
clamor; dipsómanos de néctar son los asistentes viciados de
licor; festinan el prodigio es que exigen un
milagro. El Sol es Jesús: ¡Verted en las vasijas -les dice- la
sangre de mis venas! El Mar es el agua que se convierte en vino.
LA
PESCA MILAGROSA
Viejo
muelle zurcido de brumas y sirenas.
VisIón
húmeda. Verde vaivén de remo y quilla.
Torso
de ola. Gaviotas silbando en el trapecio
de un
canto marinero. Yodada hora salada
cuando
el pelícano hunde puñales en la clara
pupila
de la espuma. Brisa ágil. Brea. Hipocampos
nostálgicos
de friso. Tritones. Caracoles.
Mirad:
¡Entre las redes ha caído la tarde!
ENDEMONIADAS
Posesas
de la bruma con belfos de gemido
galopan
ola y brisa remeciendo cordajes.
Huracanadas
alas con rayos en el pico
desgreñan
maldiciones, espumarajos, ayes.
Hunde
el Sol luminosas agujas de prodigio,
desalojando
nieblas de filiación desleal;
y,
anatematizado, deshecho el maleficio,
los
fúlgidos demonios precipítanse al mar.
Poseídas
gimen y galopan desuniendo sus cuerdas de montar; Huracanadas alas con rayos en
el pico es cuando agreden física y verbalmente; El Sol es
Jesús; luminosas agujas de prodigio son sus poderosas manos;
desalojando es liberando; niebla es la mente
carnal; filiación desleal es la influencia demoníaca.
LA
HIJA DE JAIRO
Esquirlas
afiebradas de aguacero, ululando,
desataron
la muerte sobre yerba y hormiga.
Fusilada
la rosa, decapitado el nardo,
¿Qué
anegado colapso sufrió la Sensitiva?
Dolorosa
de nichos y aterida de llanto,
su
congelado espectro sueña savias de vida.
Oh
Sol, tanto cadáver merecería un milagro…
¡Realízalo,
dorada pupila matutina!
Su
congelado espectro es el cadáver; sueña savias de vida, porque solo
duerme; El Sol y la dorada pupila matutina es Jesús.
LA
SIMIENTE
Cansancio
del inútil ademán extendido
jaculatoriamente
sobre humus y secano;
fatiga
de la estéril simiente detenida,
macerada
por uña, cal o ave.
Pero,
¡oh ubérrimo tacto, bucólica delicia
del
fruto adolescente jugosamente flavo!
¡Dichosa
complacencia, botánica lascivia
del
hogareño goce dormido en cada tallo!
LA
MUERTE DEL PROFETA
Profético
de pájaros, remece tempestades
el
árbol, dominado por mística soberbia;
mas,
subrepticiamente, sofoca sus ramajes,
en
fatales volutas, airosa madreselva.
Titán
sobrecogido, va quedándose exangüe
bajo
el nudo lascivo. Roído vena a vena
deshecho
finalmente, desplómase cobarde,
caída
la soberbia cual truncada cabeza.
LA
HIGUERA ESTÉRIL
Triste
higuera maldita, mutilada de sexo
y
ávida de plumajes, tu desgajado grito
levanta
en banderola para gritar: ¡Estéril,
sí,
yo, defraudadora del codiciado fruto!
¿Por
qué signo de arenas doblégase mi débil
conciencia
vegetal?, ¡Oh cálido conjuro,
fortifica
mi tallo, torna mi savia fértil
y
dame la delicia del tierno tacto rubio!
Mutilada
de sexo es estéril; ávida de plumajes es anhelante de frutos; tu desgajado
grito es su dolor moral; defraudadora del codiciado fruto es su lamento
maternal; Por qué signo de arenas doblégase… pregunta quién la maldijo; débil
es inconsciente, vacío, indefenso; conciencia vegetal es su espíritu; cálido
conjuro y tierno tacto rubio es Jesús; cálido conjuro es la presencia de
Jesús; tierno tacto rubio es el toque de Jesús: los rayos del sol.
Es un poema erótico también.
SU
FORMA SOBRE EL AGUA
A la
hora equidistante del pez amanecido
con
la primera espuma de la mañana, flota,
como
un presentimiento de bostezo salino,
su
forma sin aristas, deshilachada, fofa.
Flota,
digo, la niebla, crispada de ladridos,
amarrando
en las jarcias elásticas gaviotas.
Y, al
recoger el hombre su red, semidormido,
quizá
tema al espectro que va sobre las olas.
A la
hora equidistante del pez amanecido con la primera espuma de la mañana es la
hora acostumbrada del hombre a levantarse; flota, algo anda sobre el
agua; su forma sin aristas, deshilachada, fofa es como un fantasma; el espectro
que va sobre las olas es Jesús que anda sobre el mar.
SAMARITANA
Cigarras
encendidas y melodías frutales
proclaman
ondulantes acrobacias del agua
que,
rica en lentejuelas y líquidos collares,
contorsiona
abanicos en lascivias de danza.
Desabrochando
sombras, romero Sol mitiga
sus
sedes glugluteantes en geórgico beber.
Así,
ambos, convenidos, mutuamente se brindan
ella,
fresca surgente; purísima luz, él.
EL
HIJO PRÓDIGO
Lamiendo
tierra, arena, raíces y bazofias,
tumbo
a tumbo al origen precipítase el río.
Los
oros del poniente despilfarró en cabrioles
de
ondulante premura por liquidar su opimo
caudal
de margaritas y alas de mariposa.
Vuelve
enjuto, lodoso, pordiosero de estío,
y,
añorando caricias de paternales olas,
arrójase
en el seno del Mar, arrepentido.
Lamiendo
tierra es pereciendo de hambre; al origen es su hogar; Los oros es el dinero;
despilfarró es gastó; en cabrioles de ondulante premura son juegos juveniles;
opimo caudal es rico caudal; paternales olas son abrazos del padre; el seno del
Mar es la casa de su padre.
LÁZARO
¿Qué
sombra atribulada de realidad extiende
pasaporte
de huesos al sueño de la imagen?
Negada
para estatuas de pánico, su feble
presencia
sumergida luce aire de cadáver.
Pero,
no. Todo: el árbol-callada angustia fértil-,
la
muchedumbre de olas, el cántaro de greda,
-barajando
cuchillas de inercia, vida y muerte-,
le
gritan a la imagen, remeciéndola: ¡Crea!
EGO
SUN LUX
Te
conoce la savia cuya lágrima evoca
tu
desnuda pupila de neón canicular.
Igualmente
la ola, la semilla, la rosa
reconocen
tu anuncio: VIDA, LUZ y VERDAD.
Pero,
nada de mitos empolvados de sombras
con
espectros azules y leproso rubor.
Milagros
y auroras publicitarias sobran
cuando,
identificado, resultas ser: el Sol.
DEMONIOS
Y ARCÁNGELES
Su cálido
ocio antiguo despereza la plaza
nostálgica
de bosques. Atónita se inclina
cuando
bajo las palmas que la inocencia enarca
trotan
siglos de sombra vestidos de oro y lila.
Por
la florida senda la cándida alharaca
desgaja
hondos reflejos de sana paganía.
La
marejada mística revolcará en la playa
demonios
con arcángeles y, con la muerte: vida.
VÍSPERAS
DE LA AGONÍA
Fragancias
de jardines y eucaristía de huertos
encienden
un cromado retablo nazareno.
Vertida
sobre mares, valles, montes y cielos,
la
copa de la angustia reflejará el sendero
de
cirios y rosales en muda caravana.
De la
húmeda mejilla florecerán jazmínes;
y, la
cizaña aviesa, ya huérfana de savia,
levantará
su hueste de endriagos y anfibios.
Fragancias
de jardines y eucaristía de huertos es el Getsemaní; cromado son los
rayos de la luna; retablo es como un escenario; la húmeda mejilla es el beso de
Judas; la cizaña aviesa es un hedonismo colectivo; huérfana de savia es sin el
Espíritu Santo.
ECCE
HOMO
Prisionero
entre nubes y barrotes de minio
derrumba
su proceso crepuscular el Sol.
Su
nebulosa cárcel es alfa de martirio
que
estallará en seráficos éxtasis de color.
La
florecida arteria despejará concilios
apartando
tinieblas llagadas de arrebol;
brillarán
tristemente sus últimos delirios,
y el
toro de la noche mugirá de pavor.
MAGDALENA
La
estrella vespertina, fatalmente risueña,
suspira
ensimismada tras el mito solar,
ungiendo,
mariposa, la traslúcida huella
con
grito de cristales y pupila de sal.
Cuando,
rumbo al helado sepulcro de las olas,
la
sangre iluminada tiña celajes, ella
salpicará
el tocado de las nubes piadosas
al
deshacerse en lirios como una Magdalena.
La
estrella vespertina es Magdalena; el mito solar es Jesús; la traslúcida huella
son los pies de Jesús; rumbo al helado sepulcro es que María se ha anticipado a
ungirlo para su sepultura; la sangre iluminada es la sangre derramada; tiña
celajes es teñir el cielo; ella se refiere a la sangre; deshacerse en lirios es
llorar.
CALVARIO
Desnuda
luz, pupila con celajes de cirio,
va
tiñendo de sangre la garganta del mar.
Deshabitadas
sombras asesinan anfibios
y un
coro de difuntos tritura ojos de sal.
Coronado
de dientes y clavado de lirios
trisca
en valle de espumas el cordero solar.
Y un
derrumbe encendido rectifica el camino
que
ungirá con esencias la palmera pascual.
VERÓNICA
Próximo
al sacrificio, novillo acongojado,
sufre
el mar deslumbrantes gaoneras de la Luna.
Sobre
líquidos cuernos la nacarada capa
pasa,
quita y repasa sin ofender espumas.
Clava
el diestro luceros en el glauco mugido
que
embiste proceloso. ¡La marejada atónita
derrama
por la herida resplandeciente grito
que
trunca la faena con magistral verónica!
PRESENCIA
DE LA MUERTE
¡Oh
santo Graal! Las gotas de encendido vinagre
puntualizan
claveles en el nicho del mar…
Derrúyense
en salmuera los templos de la tarde
y el
miedo clava incendios de rojo vesperal.
La
callada tiniebla pone rosas de luto
tras
un rezo de nubes anegadas en flor…
Y las
olas arrullan sobre el mar gemebundo
la
dorada salmodia del último arrebol…
DOLOROSA
Dolida
Electra, enluta la Noche campanarios,
bajo
erizado manto de lunas y ortigas.
Siete
puñales, siete, de luz lleva clavados
eternizando
máscaras, espermas y cenizas.
Dolorosa,
amargada de cirios, titilando,
pulveriza
oraciones de calcárea neblina;
mas,
su apagado llanto, frutal y subterráneo,
truécase
en clara savia que la tierra utiliza.
RESURRECCIÓN
¡Gloria!,
¡Gloria!, ¡Aleluyas, maítines y hosannas
despiertan
minuteros y gritos de alcanfor,
mientras
loco revuelo de abanicos y de alas
desnuda
olas y mástiles irónicos de alcohol!
¡Clarineros
del Alba, tocad cielo y montañas!
¡Dad
paso a las cuadrigas de luz y de color!
¡Brisa,
espuma, aleluya! ¡Loemos la mañana!
¡Toda
vida renace cuando renace el Sol!
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