1
Solo es digno de la
libertad y la vida quien es capaz de conquistarlas día a día para sí.
Cada generación humana
exige esa conquista por la perseverante actividad de su pensamiento, por el
esfuerzo propio, su fe en determinada manifestación del ideal y su puesto en la
evolución de las ideas.
Es decir, la belleza del
alma compuesta de un vestigio de sueño y un principio de pensamiento.
Así, renovando de
generación en generación su activa esperanza y su ansiosa fe en un ideal.
Para esperar la realidad
de otro ideal soñado.
La función y obra de la
juventud en todos los tiempos es provocar esa renovación, inalterable como un
ritmo de la naturaleza. De estas almas
de la primavera humana o
jóvenes está tejido el tocado de la novia.
Y, así, de nuevo se
ilumina en el espíritu de la humanidad la esperanza en el esposo anhelado.
La juventud viene a ser
luz, amor, energía de su generación.
Grecia es el ideal del
alma joven.
Grecia hizo grandes cosas,
porque tuvo la alegría, el ambiente de la acción, y el entusiasmo, que es la
palanca omnipotente de la juventud.
El cristianismo debe ser
un reflejo de la juventud del alma.
Como las jornadas del
Maestro a través de los campos de Galilea propagando la alegría del reino de
Dios.
Aquel divino contento, su
ingenua alegría de vivir les abrió paso fácil en los corazones.
Sed, pues, conscientes
poseedores de la fuerza bendita que lleváis dentro de vosotros mismos.
¿No nos será lícito soñar
con la aparición de generaciones humanas que devuelvan a la vida un sentido
ideal, un grande entusiasmo; en las que el sentimiento sea un poder…? ¿Será de
nuevo la juventud una realidad de la vida colectiva…?
La energía de vuestra
palabra y vuestro ejemplo pueda llegar hasta incorporar las fuerzas vivas del
pasado a la obra del futuro.
2
Antes que las
modificaciones de profesión y de cultura está el cumplimiento del destino común
de los seres racionales.
La profesión universal es
ser hombre.
Aspirad a desarrollar no
un solo aspecto, sino la plenitud de vuestro ser, real y enteramente humano.
Donde no podáis ser actor,
sed espectador atento.
El progreso limita las
aptitudes individuales al ceñir el campo de acción a una especialidad
profesional.
Esta especialización
afecta al sentimiento de solidaridad.
Es decir, inspira una
desastrosa indiferencia.
El milagro griego es una
mezcla de animación y serenidad, una sonrisa de la historia.
Hay que mantener la unidad
y el concierto de la vida, en ciertos intereses del alma.
Vuestro lema debe ser
mantener la integridad.
3
Puede la caridad llegar
por medios toscos, desapacibles y vulgares, pero transmitido en forma delicada
y selecta realza el bien que se concede.
Dar a sentir lo hermoso es
obra de misericordia.
A cada gesto corresponde
la representación simbólica del bien.
El que ha aprendido a
distinguir lo vulgar y lo delicado, lo feo y lo hermoso, lleva hecha la mitad
de la jornada para distinguir lo bueno y lo malo.
Buscar lo bueno como el
placer de una armonía.
En el deber se puede
encontrar la complacencia de lo hermoso.
La originalidad de la obra
de Jesús no está en lo literal de su doctrina, sino en su belleza íntima.
Por el contrario, el
ascetismo cristiano, que no supo encarar más que una faz del ideal, ha excluido
de su concepto de la perfección todo lo que hace a la vida amable, delicada y
hermosa.
El buen gusto es una segunda
conciencia que nos orienta y nos devuelve a la luz cuando la primera se
oscurece y vacila.
Se ve aparecer el extravío
del gusto, el vértigo del sentido moral y la limitación fanática de la
razón.
4
La democracia lleva a la mediocridad.
Lleva a la exclusiva
persecución del bienestar material al mayor número de personas.
Hay un aumento de las
tendencias individuales y una disminución de la cultura.
De la acumulación de
espíritus vulgares se obtendrá jamás un cerebro de genio, ni de muchas virtudes
mediocres, un héroe.
Una democracia donde se
consagre a Cualquiera
y se corone a Uno de
tantos.
Una democracia donde el
dogmatismo vulgar se le llama sabiduría, a la adaptación a lo mediocre se le
llama criterio sano
y al mal gusto, machismo.
Un falso igualitarismo que
aspira a la nivelación de todos por la común vulgaridad.
La superioridad jerárquica
en el orden no debe ser sino una superior capacidad de amar.
Para triunfar, la
democracia debe unir el sentido de igualdad del cristianismo con el orden
y la jerarquía de Grecia.
5
Se imita a aquél en cuya
superioridad o cuyo prestigio se cree.
Pero no veo la gloria ni
el propósito en imponer la identificación con los Estados Unidos; ni en la
creencia ingenua de poder hacerlo por medios artificiales e improvisados de
imitación.
Esto no hará sino deformar
las líneas de ese modelo.
De los Estados Unidos es
la gloria de haber revelado la grandeza y el poder del trabajo que hoy
identificamos como la más alta expresión de la dignidad humana.
Los Estados Unidos es una
escuela de voluntad y trabajo por su gran capacidad de Querer algo.
La capacidad, el
entusiasmo, la vocación de la acción.
La fuerza de voluntad es
el cincel que ha esculpido a ese pueblo.
Dos características de esa
voluntad son: la originalidad y la audacia.
Su personaje principal es
el Yo Nietzscheano.
Lo que salva a los Estados
Unidos de la vulgaridad es esa energía que lleva a todas partes y con que
imprime cierta épica grandeza.
En los héroes de Edgar
Allan Poe encontramos ese temple sobrehumano, la indómita resistencia de la
voluntad. El himno de triunfo de la voluntad sobre la muerte.
Sin embargo, el recreo y
el descanso son necesarios también.
Los Estados Unidos no ha
sabido unir los valores del pasado con un concepto desinteresado del futuro.
Los Estados Unidos es solo
un monte de leña sin fuego.
La confusión cosmopolita y
el atomismo de una mal entendida democracia impiden la formación de una
verdadera conciencia nacional.
Los Estados Unidos ha
cambiado la fuerza de la voluntad por el culto a la fama.
Este advenimiento de una
clase enriquecida y soberbia fue uno de los antecedentes de la caída del
Imperio Romano.
6
Sin valores más duraderos, ese poder no es más que una noche de sueño en la
historia.
No desmayéis en predicar
la delicadeza, la inteligencia y el desinterés.
Para preparar el
advenimiento de un nuevo tipo humano, suele preceder un grupo. Este nuevo tipo
presenta diferencias individuales que luego se organizan en un medio favorable.
Así, el grupo crece y reina.
La obra mejor es la que se
realiza sin las impaciencias del éxito inmediato.
El pensamiento inspirado
en un futuro todo lo purifica y serena, todo lo ennoblece.
Yo creo en vuestra
voluntad, en vuestro esfuerzo; y más aún, en los de aquéllos a quienes
transmitiréis vuestra obra.
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