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martes, 5 de noviembre de 2013

Ariel de José Enrique Rodó.






1
Solo es digno de la libertad y la vida quien es capaz de conquistarlas día a día para sí.
Cada generación humana exige esa conquista por la perseverante actividad de su pensamiento, por el esfuerzo propio, su fe en determinada manifestación del ideal y su puesto en la evolución de las ideas.
Es decir, la belleza del alma compuesta de un vestigio de sueño y un principio de pensamiento.
Así, renovando de generación en generación su activa esperanza y su ansiosa fe en un ideal.
Para esperar la realidad de otro ideal soñado.
La función y obra de la juventud en todos los tiempos es provocar esa renovación, inalterable como un ritmo de la naturaleza. De estas almas de la primavera humana o jóvenes está tejido el tocado de la novia.
Y, así, de nuevo se ilumina en el espíritu de la humanidad la esperanza en el esposo anhelado.



La juventud viene a ser luz, amor, energía de su generación.
Grecia es el ideal del alma joven.
Grecia hizo grandes cosas, porque tuvo la alegría, el ambiente de la acción, y el entusiasmo, que es la palanca omnipotente de la juventud.
El cristianismo debe ser un reflejo de la juventud del alma.
Como las jornadas del Maestro a través de los campos de Galilea propagando la alegría del reino de Dios.
Aquel divino contento, su ingenua alegría de vivir les abrió paso fácil en los corazones.
Sed, pues, conscientes poseedores de la fuerza bendita que lleváis dentro de vosotros mismos.
¿No nos será lícito soñar con la aparición de generaciones humanas que devuelvan a la vida un sentido ideal, un grande entusiasmo; en las que el sentimiento sea un poder…? ¿Será de nuevo la juventud una realidad de la vida colectiva…?
La energía de vuestra palabra y vuestro ejemplo pueda llegar hasta incorporar las fuerzas vivas del pasado a la obra del futuro.


2
 Antes que las modificaciones de profesión y de cultura está el cumplimiento del destino común de los seres racionales.
La profesión universal es ser hombre.
Aspirad a desarrollar no un solo aspecto, sino la plenitud de vuestro ser, real y enteramente humano.
Donde no podáis ser actor, sed espectador atento.
El progreso limita las aptitudes individuales al ceñir el campo de acción a una especialidad profesional.
Esta especialización afecta al sentimiento de solidaridad.
Es decir, inspira una desastrosa indiferencia.





El milagro griego es una mezcla de animación y serenidad, una sonrisa de la historia.
Hay que mantener la unidad y el concierto de la vida, en ciertos intereses del alma.
Vuestro lema debe ser mantener la integridad.





3
Puede la caridad llegar por medios toscos, desapacibles y vulgares, pero transmitido en forma delicada y selecta realza el bien que se concede.
Dar a sentir lo hermoso es obra de misericordia.
A cada gesto corresponde la representación simbólica del bien.
El que ha aprendido a distinguir lo vulgar y lo delicado, lo feo y lo hermoso, lleva hecha la mitad de la jornada para distinguir lo bueno y lo malo.
Buscar lo bueno como el placer de una armonía.  

En el deber se puede encontrar la complacencia de lo hermoso.
La originalidad de la obra de Jesús no está en lo literal de su doctrina, sino en su belleza íntima.
Por el contrario, el ascetismo cristiano, que no supo encarar más que una faz del ideal, ha excluido de su concepto de la perfección todo lo que hace a la vida amable, delicada y hermosa.
El buen gusto es una segunda conciencia que nos orienta y nos devuelve a la luz cuando la primera se oscurece y vacila.
Se ve aparecer el extravío del gusto, el  vértigo del sentido moral y la limitación fanática de la razón.

4
La democracia lleva a la mediocridad.
Lleva a la exclusiva persecución del bienestar material al mayor número de personas.
Hay un aumento de las tendencias individuales y una disminución de la cultura.
De la acumulación de espíritus vulgares se obtendrá jamás un cerebro de genio, ni de muchas virtudes mediocres, un héroe.
Una democracia donde se consagre a  Cualquiera  y se corone a  Uno de tantos.
Una democracia donde el dogmatismo vulgar se le llama sabiduría, a la adaptación a lo mediocre se le llama criterio sano  y  al mal gusto,  machismo.
Un falso igualitarismo que aspira a la nivelación de todos por la común vulgaridad.
La superioridad jerárquica en el orden no debe ser sino una superior capacidad de amar.
Para triunfar,  la democracia  debe unir el sentido de igualdad del cristianismo con el orden y la jerarquía de Grecia.



5
Se imita a aquél en cuya superioridad o cuyo prestigio se cree.
Pero no veo la gloria ni el propósito en imponer la identificación con los Estados Unidos; ni en la creencia ingenua de poder hacerlo por medios artificiales e improvisados de imitación.
Esto no hará sino deformar las líneas de ese modelo.
De los Estados Unidos es la gloria de haber revelado la grandeza y el poder del trabajo que hoy identificamos como la más alta expresión de la dignidad humana.
Los Estados Unidos es una escuela de voluntad y trabajo por su gran capacidad de Querer algo.
La capacidad, el entusiasmo, la vocación de la acción.

La fuerza de voluntad es el cincel que ha esculpido a ese pueblo.
Dos características de esa voluntad son: la originalidad y la audacia.
Su personaje principal es el Yo Nietzscheano.
Lo que salva a los Estados Unidos de la vulgaridad es esa energía que lleva a todas partes y con que imprime cierta épica grandeza.
En los héroes de Edgar Allan Poe encontramos ese temple sobrehumano, la indómita resistencia de la voluntad. El himno de triunfo de la voluntad sobre la muerte.
Sin embargo, el recreo y el descanso son necesarios también.
Los Estados Unidos no ha sabido unir los valores del pasado con un concepto desinteresado del futuro. 
Los Estados Unidos es solo un monte de leña sin fuego.
La confusión cosmopolita y el atomismo de una mal entendida democracia impiden la formación de una verdadera conciencia nacional.
Los Estados Unidos ha cambiado la fuerza de la voluntad por el culto a la fama.
Este advenimiento de una clase enriquecida y soberbia fue uno de los antecedentes de la caída del Imperio Romano.



6
     Sin valores más duraderos, ese poder no es más que una noche de sueño en la historia.
No desmayéis en predicar la delicadeza, la inteligencia y el desinterés.
Para preparar el advenimiento de un nuevo tipo humano, suele preceder un grupo. Este nuevo tipo presenta diferencias individuales que luego se organizan en un medio favorable. Así, el grupo crece y reina. 
La obra mejor es la que se realiza sin las impaciencias del éxito inmediato.
El pensamiento inspirado en un futuro todo lo purifica y serena, todo lo ennoblece.

Yo creo en vuestra voluntad, en vuestro esfuerzo; y más aún, en los de aquéllos a quienes transmitiréis vuestra obra.

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