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domingo, 3 de noviembre de 2013

El femicidio en Panamá

Ungo, Urania. El femicidio en Panamá 2000-2006.  CEFEMINA, UNIFEM, COMMCA, AECID, SICA, MIDES, Universidad de Panamá, 2008.
Capítulo 4: El femicidio entre el lucro,  el derecho a la información y la explotación del dolor.

     El “crimen pasional” en la crónica roja oculta el carácter social del femicidio.
La noticia, en lugar de un reportaje más amplio, solo registra el momento del hecho. Solo los medios sensacionalistas presentan el hecho con alguna foto en la portada. El tono y el lenguaje no consideran a las víctimas ni a sus familiares.

     No usan el término femicidio, sino “pasional”. El crimen no es analizado como un patrón de conducta ni como fenómeno social, sino como un “arrebato de pasión”. Las víctimas estudiadas estaban en edad reproductiva, son productivas económicamente y profesionalmente. Los informes son incompletos y subjetivos. A pesar de que son subjetivos, no hay diferencia entre periodistas hombres o mujeres.

     La violencia vende y la noticia no presenta a todas las clases por igual. Exponen el sufrimiento a la burla de la comunidad, en vez de fomentar el debate público. Los  medios sostienen la violencia al hacerla protagonista de su programación y de sus noticieros. Los  medios solo hacen énfasis en casos de mujeres humildes.

     El pueblo compra los diarios al hacerlo objeto central de sus noticias. Los informes son breves, escritos descuidadamente y recurren a la chabacanería. ¿Solo los pobres producen delincuencia? Los expuestos son siempre personas pobres. Las otras clases sociales tienen el poder de evitar a los medios.

     Los medios y la ideología de la subordinación de las mujeres
Los deseos de superación de las mujeres son incompatibles con el viejo esquema de subordinación patriarcal. El hecho de que las mujeres cambian y avanzan más que los hombres es la causa de la violencia. Las mujeres están reorganizando su figura ideológica.  ¿Están cambiando los hombres la suya?

     El solo hecho de ser varón es importante, y esta importancia depende de la inferioridad de la mujer. La mínima independencia de la mujer se interpreta como altanería y la violación sexual, como castigo a esa soberbia. El problema es que las mujeres pobres no tienen el poder económico para disimular su necesidad de superarse. Los hombres ven amenazada su superioridad ante mujeres que no son de su clase social y perciben como desafío, rebeldía y agresión la necesidad de libertad de estas.

     La violencia es la forma machista de recuperar el orden establecido. Una característica de los femicidas es que no aceptan que las mujeres tomen sus decisiones. El precio de la autonomía de una mujer es su vida. Los medios presentan al femicida dentro del orden establecido y a la mujer,  contra ese orden. Los medios se contradicen cuando promueven valores populares, pero defienden posiciones tradicionales y conservadoras contra las mujeres.

     Los estereotipos sexistas generan buenos dividendos
En 2006, según el diario Panamá América, la inversión publicitaria durante las telenovelas fue de 42 millones. Los programas de televisión construyen figuras (masculinas, femeninas, otras.)  y contextos ideológicos irreales. Hacen una espectacularización de la violencia.

     La forma de presentar dichas figuras hace que sus luchas se vean superficiales, es decir, hace el efecto contrario. Estas figuras representan valores extranjeros, pero responden a ideologías latinoamericanas. En estos constructos culturales, el hombre es siempre “el esposo anhelado”, el valor perdido. Sin embargo, un valor apreciado para muchas universitarias es poder trabajar, seguir estudiando y  atender a sus esposos e hijos, aunque  tienen que madrugar y trasnochar todos los días. De esta forma, los medios apelan a un orden social que ya no existe, pero que insisten en reproducirlo.

     Una cierta benevolencia… ¿Influyen los medios? 
Al comienzo de la investigación siempre habla el femicida o su abogado, no la víctima o su familiar. Según el informe de las autoridades, la pasión priva de la razón al momento de cometer el “crimen”. Empero, se observa intención, planificación, cálculo, meditación y conciencia.

     Lo “pasional” influye en la percepción de los femicidas y, por ende,  en la benevolencia de los juzgados. Otro término, violencia “doméstica” suaviza el “en contra de ella”. En conclusión, es necesario que los medios hagan un balance más solidario y humano. Hay que hacer un esfuerzo teórico, crítico y ético que aborde toda la complejidad social.

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