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lunes, 13 de enero de 2014

Gandhi

 
¿Por qué un hindú es la persona que más se parece a Jesús en el mundo?
Martin Sheen y Charlie Sheen
 
La filosofía de Gandhi, según la visión de Octavio Paz, escritor y embajador mexicano en India, estaba inspirada directamente en su naturaleza hindú.  Gandhi, según el libro Líderes del siglo XX,  es el mayor líder de todos, porque supo integrar casi todos los campos, religiones y pasiones en su carrera.   Asimismo, India, según la Revista de la Universidad de México, es una civilización llena de dimensiones, diversidades y confusiones.
La multidimensionalidad de la India llevó a Gandhi a experimentar casi todos los ámbitos. Él estaba consciente de su misión. Por eso, su mensaje va más allá de la política y es en realidad  espiritual.  La política,  para Gandhi, equivale a la India de Octavio Paz, donde, según la Revista de la Universidad de México, hay un caos, un ir y venir entre lo material y lo espiritual, de realidades superpuestas que requieren una conjunción simultánea para que un orden oculto emerja de la confusión.
La diversidad de la India llevó a Gandhi a apreciar casi todas las religiones.  Es un hombre religioso en el sentido real, porque supo mantener una fe abierta y  presentar a Jesús no como  un valor moral o un símbolo cultural. Las religiones, para Gandhi, equivalen a la India de Octavio Paz, donde, según la Revista de la Universidad de México,  hay opuestos aparentes, ya que si coexisten como espacio y tiempo, no como doctrinas,  abren otros espacios y otros tiempos para que sean uno en todo y todo en uno, una plenitud vacía, vacías de autonomía para ser interdependientes. Por eso, Gandhi cuestionaba que los Vedas hindúes eran la única doctrina religiosa, ya que no toleraba la rivalidad entre religiones. A pesar de que Dios puede usar cualquier instrumento para mostrar la verdadera fe, no se le reconoce como cristiano y es el más famoso de todos.
La confusión cósmica de la India llevó a Gandhi a controlar sus emociones.  La violencia, para Gandhi, equivale a la India de Octavio Paz, donde, según la Revista de la Universidad de México,  hay un encuentro y tensión de opuestos que revela realidades escondidas detrás del caos y la no violencia, a la integración del cuerpo y el espíritu donde se funden el amor y los Vedas; pero no es amor, sino la otredad que gradúa las oposiciones y conjunciones para pasar de la complejidad a la sensibilidad humana. El movimiento independentista hindú se basó en esto.
 Ahimsa es la doctrina independentista de la no violencia de Gandhi. Se basa en el respeto a la vida. Este valor viene del Budismo y está en el escudo de la India, pero es solo para los valientes, ya que consiste en la ausencia del miedo y en eliminar el odio, la ira, la hostilidad, es decir,  el deseo de  lastimar. Es lo que distingue al Hinduismo de las demás religiones.
Es la contribución de India al amor, porque el miedo y la violencia niegan al amor. Ahimsa y amor es uno solo. La  democracia, entonces,  debe venir de un cambio en el corazón que reduzca la marginación y haga la vida más fructífera.  Por eso, Gandhi no creía en la guerra, sino en el trabajo.
Siliceo Aguilar, Alfonso. Líderes para el siglo XXI. Perfiles de doce grandes líderes. México: McGrawHill, 1997.

Eunice Hernández. Octavio Paz: La India como un palimpsesto. Revista de la Universidad de México.


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