El oro del Rhin de El
anillo del Nibelungo.
Richard
Wagner es el único artista que pertenece a la historia de la música como
compositor de óperas famosas y a la historia de la literatura como escritor de una
de ellas: El anillo del Nibelungo, festival escénico estrenado en Bayreuth en
1876, que consta de un prólogo, El oro del Rhin y tres partes, La Walkiria,
Siegfried y El ocaso de los dioses. Este drama musical es conocido por sus
piezas de concierto como La cabalgata de las walkirias, entre otras.
La
obra se titula El oro del Rhin, porque se refiere a un anillo forjado con el
oro robado del Rhin. El título expresa el contenido global de la obra, ya que
lo posee un Nibelungo que actúa como dueño del mundo.
La
obra describe el poder como una lucha entre la belleza, el amor, el placer y los
intereses particulares, ya que solo
puede ostentarlo quien renuncie a los primeros. Por eso, los gigantes cuestionan
a los dioses, ¿Por qué desprecian el amor para obtener un palacio, mientras que
ellos sí aprecian la belleza para encontrar el amor?
El
asunto se caracteriza por las bajas pasiones de los dioses, ya que por vanidad,
ambición o avaricia deciden sacrificar a Freia y a las ondinas para conservar su
inmortalidad.
El
autor lo enfoca como una lucha de clases
entre los tres reinos cuyo afán por
sobrevivir hace que se disputen el poder, se traicionen unos a otros para
lograr sus propósitos, se usen unos a otros para vengarse de nuevos enemigos
y se den muerte.
El
tema es el amor en sus diferentes formas. La relación entre el poder y el amor
es que el poder hace que los dioses se desvíen del amor irresponsablemente. El
tema es de índole sicológico, porque el amor es vencido por las pasiones. El
tema secundario son las bajas pasiones como la codicia, la ambición, la
avaricia.
El
amor se da a conocer por medio del diálogo entre las tres clases sociales. La tesis del autor es social, porque cuando los
dioses se dejan llevar por las circunstancias políticas, según los Nibelungos, esclavizan a otras personas, ricos y pobres,
también.
Los
personajes son verdaderos, porque Alberico renuncia al amor y al placer, cae en
el engaño de Wotan; Wotan siente temor, está consciente de que los dioses necesitan
protección y envejecen; uno de los gigantes muere.
La
motivación de Alberico son las ondinas, pero renuncia a su amor, les roba el oro y forja el anillo
poderoso. Con él, quiere derribar el
palacio, hacerse invisible para vigilar
el trabajo de los Nibelungos que tienen que descubrir el lugar del oro y
erigirse rey de los Nibelungos para dominar el universo. La motivación de Wotan era devolver el oro a
las ondinas, pero ahora intenta salvar a
los dioses de la vejez. Por otro lado, la
motivación de Fricka es retener a Wotan con un nuevo palacio.
Las
inquietudes del autor se reflejan en Loge, el consejero de Wotan, quien es la
conciencia del Walhalla. Se avergüenza de que los dioses no han querido
escuchar a las hijas del Rhin y han abandonado el oro en Riesenhein.
Alberico
contribuye al avance de la acción dramática cuando renuncia al amor y al placer
por el poder del anillo y cae en la trampa de Wotan al revelar el secreto de su
poder; También, Wotan y Loge son personajes creíbles cuando descienden a
Nibelhein a ver a Alberico donde no aceptan negociar el oro con Alberico,
excepto el anillo y Wotan, cuando lo devuelve a los gigantes por temor a la
maldición.
La
descripción de los personajes y su función es muy interesante:
Las
ondinas velan el tesoro del Rhin, aunque Alberico les roba el oro.
Wotan,
el primero de los dioses nórdicos, protege a las ondinas, pero después se
olvida de ellas cuando los dioses comienzan a envejecer.
Los
Nibelungos son los enanos que habitan en Nibelhein, los senos oscuros de la
tierra, donde cargan oro para Alberico.
El enano Alberico, pequeño y horrible, tiene el
alma cegada de amargura y envidia por los dioses, porque no ha podido ser
amado. Decide salir para conquistar una ondina y descubre el oro del Rhin.
Despechado por su rechazo, les roba el oro. Renuncia al amor para poder forjar
el anillo poderoso.
Loge,
el consejero de Wotan, es la conciencia del mundo.
Fricka
es la esposa de Wotan.
Los
gigantes Fasolt y Fafner exigen la entrega de Freia a cambio de la construcción
del palacio. Después, exigen el oro en lugar de ella y, luego, a ella para poder
obtener el oro. Desorden que lleva a la muerte a Fasolt, primera víctima del
poder destructivo del anillo.
Freia,
la hermana secuestrada de Fricka, que cuidaba el jardín del palacio donde están
las manzanas de oro, los frutos que dan
la inmortalidad a los dioses.
Mime,
el herrero del anillo, hermano de Alberico, está resentido por la opresión y
abandono de los Nibelungos después del robo. Los que habitan en el palacio
desprecian el tenebroso mundo del enano-dice-.
El
ambiente es fantástico. Son tres dominios del mundo: Nibelhein, Riesenhein y
Walhalla. Riesenhein es el dominio de los gigantes, Nibelhein es el reino de los Nibelungos y
Walhalla es el refugio de los dioses. El lugar es rural, porque el viejo Rhin
está en las selvas de la agreste Germania.
Es
una atmósfera depresiva, especialmente en el Nibelhein, porque los enanos
habitan en las oscuras simas de la tierra y trabajan en el fondo tenebroso de
los subterráneos terrestres bajo el látigo de Alberico. Es una atmósfera de angustia, porque hay
incertidumbre e inseguridad debido a los celos, envidias, discusiones, robos,
secuestros.
La relación
entre ambiente y atmósfera es que, a pesar de que los tres reinos tienen
condiciones propias, sufren las mismas contrariedades. Los dioses superan el ambiente que les rodea,
porque llegan al Walhalla tranquilamente, pero los gigantes y los Nibelungos
son aplastados en él, porque Alberico muere por su ambición y Fasolt, por su avaricia.
La
acción dramática es rápida y se narra en orden cronológico, excepto la
construcción del palacio que ya está avanzada.
El oro concede el poder al que lo posea -explican las ondinas a Alberico-.
Solo puede obtenerlo quien renuncie al amor y al placer, porque solo así podrá
forjar el anillo. Él acepta y trama el robo. Se sumerge y arranca el oro.
Las ondinas llaman a Wotan. Este dios ha
hecho un pacto con la raza de los gigantes: la construcción de un palacio que
proteja a los dioses del manto opaco de la noche. Wotan se niega a entregar a
Freia, la hermana de su esposa Fricka, como pago. Entonces, Fasolt el gigante se lleva a Freia.
Wotan llama a Loge, su consejero, quien le reclama que solo Alberico ha
renunciado al amor y que Mime, su hermano herrero le forja el anillo mágico.
Loge sugiere que Wotan lo engañe para quitarle
el oro. Los gigantes toman a Freia y si Wotan no les da el oro, no se la
devolverán. Los dioses comienzan a envejecer y las manzanas eternas, a caer del
árbol. Wotan decide sacrificar a las
ondinas para conservar esta fruta de la inmortalidad. Loge desciende con Wotan a Nibelhein. Allí, Mime trata de quedarse con el oro para
transformarse en rey también, pero su
hermano Alberico lo azota. Alberico cae en la trampa de Wotan y se covierte en
serpiente y luego, en sapo para demostar a Loge el secreto de su poder. Así,
Loge le avisa a Wotan para que lo capture.
Alberico trata de negociar con los dioses su tesoro, pero Loge no acepta,
excepto el anillo. Le quitan el anillo, pero lo maldice y a quien lo
posea. Así, el enano desaparece en las
profundidades. Los gigantes traen a Freia. Ahora exigen el rescate de Alberico
antes de entregar a Freia y quieren el anillo de Wotan. Aparece Erda, la sabia,
le conmina a Wotan que lo entregue por la maldición del enano. Wotan teme su
destino y lo devuelve. Los gigantes se quedan con el tesoro, pero ambos
gigantes, Fasolt y Fafner, se traban en una lucha a muerte. Muere Fasolt,
primera víctima del nuevo poder del anillo. Freia vuelve al palacio y Fafner
huye con el tesoro. Donner, el dios de las nubes, les muestra el camino al
Walhalla, el mundo divino y eterno. Loge los ve partir con amargura, ya que no
cumplieron con su función.
Forma
Hay
dos partes culminantes o decisivas. La discusión por el anillo entre Wotan,
Loge y Fafner: “-Ya hemos dado todas las riquezas. ¿Qué más queréis?- responde
Loge-. El anillo que veo brillar en el dedo de Wotan-contesta Fafner-. Recuerda
que ese oro pertenece a las hijas del Rhin y he prometido devolverlo a las que
gimen-contesta Loge. A mí no me obliga lo que tú prometiste-dice Wotan-; me
quedo con el anillo.”
La
muerte de Fasolt, uno de los gigantes: “¡Me quedaré con la mayor parte del
tesoro!-grita Fafner-. Más que el oro te gustó Freia; con gusto hubieras
renunciado al oro. -¡A mí tal injuria!, ¡Oh, dioses inmortales!, ¡A vosotros
demando justicia! Wotan vuelve la espalda con gesto despectivo; pero Loge
aconseja a Fasolt sutilmente:
-¡Déjale
todas las riquezas, pero quédate con el anillo! Los gigantes se traban en una
lucha a muerte, arrastrados por el influjo trágico de la maldición del enano.
El oro robado y luego maldito ejerce ya su poder nefasto. Y ante el asombro
atónito de los dioses, cae la primera víctima; Fasolt muere bajo el golpe de
Fafner.
El diálogo que utiliza el autor en los
personajes se caracteriza por la tensión, el orgullo y el rencor, excepto el
consejero Loge, el único personaje racional.
Las figuras literarias que utiliza el autor para describir la dimensión
mental de los personajes son epíteto,
personificación, interrogación retórica y exclamación. Por ejemplo:
Epíteto:
Una cualidad propia y permanente de algo.
La clara luz de la aurora.
Personificación:
Atribuye vida o razón a seres inanimados.
Los pájaros sorprenden al silencio con
sus cantos.
Interrogación
retórica: Una pregunta para afirmar o enfatizar algo.
¿Cómo habéis tomado en serio
un ofrecimiento que solo fue una chanza?, ¡No se crió para ustedes, gente
brutal y ruda, una criatura tan dulce y encantadora como Freia!
Aquí, los gigantes discuten con Wotan, porque no quiere
entregar a Freia para cumplir con el pago del palacio.
Exclamación:
Expresa una emoción violenta.
¡La envidia los trae a
Nibelhein!, ¡Sé lo que significan huéspedes tan osados que se permiten penetrar
en mis dominios!
¡Cuidado con el nocturno
ejército de los Nibelungos cuando salga de las profundidades de Nibelhein a la
claridad del día! (Pág. 24-25).
Alberico recibe a Wotan y a
Loge cuando descienden a buscarlo.
En conjunto,
una característica típica de la obra es la
fantasía social y la personificación humana de los dioses.
El mensaje que trata de comunicar el autor es ¿Cómo renuncian a
sentimientos buenos como el amor y el placer para entregarse a bajas pasiones como robar, oprimir y matar? El mensaje es moral, ya que no tienen buenas intenciones.